Stravinsky: el mito del reformismo

En cualquier nota sobre Igor Stravinsky se coloca en primer lugar la información sobre su “revolucionaria” aparición con “La Consagración de la Primavera”. La obra, que en 1913 se presentó en París, rompe con los cánones armónicos, introduce ritmos nunca antes escuchados y destruye, con cierto ci...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Koval, Nadia
Otros Autores: Barreiros, Raúl
Formato: Artículo de Publicación periódica
Lenguaje:Español
Publicado: 2017
Materias:
Acceso en línea:http://repositorio.una.edu.ar/handle/56777/1156
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Descripción
Sumario:En cualquier nota sobre Igor Stravinsky se coloca en primer lugar la información sobre su “revolucionaria” aparición con “La Consagración de la Primavera”. La obra, que en 1913 se presentó en París, rompe con los cánones armónicos, introduce ritmos nunca antes escuchados y destruye, con cierto cinismo, las arraigadas normas musicales. Esa generación entusiasmada por las ideas revolucionarias y nihilistas con la permanente y enfermiza búsqueda de lo “nuevo”, encontró en Stravinsky una apertura hacia el reinado del dodecafonismo, el minimalismo y la disonancia polifónica. Las inestabilidades sociales no habían ayudado en las resoluciones de las cuestiones estéticas, y las voces de advertencia acerca de las perniciosas tendencias musicales se sofocaron en las declaraciones de “destruir todo hasta el fondo y construir lo nunca antes existido” (la frase consonante con la idea principal de la famosa canción “L’Internationale”de Eugène Pottier). Pero romper fue más fácil que edificar.