El habitus principiorum y la luz intelectual

Resumen: En un trabajo anterior estudiábamos el sentido del posible innatismo de lo que llamaban los aristotélicos el habitus principiorum, o hábito de los primeros principios de la razón humana, que se refieren y perfeccionan tanto a nuestra razón especulativa (intellectus), como a nuestra razón...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Burgoa, Lorenzo Vicente
Formato: Artículo
Lenguaje:Español
Publicado: Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras 2021
Materias:
Acceso en línea:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/12620
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Sumario:Resumen: En un trabajo anterior estudiábamos el sentido del posible innatismo de lo que llamaban los aristotélicos el habitus principiorum, o hábito de los primeros principios de la razón humana, que se refieren y perfeccionan tanto a nuestra razón especulativa (intellectus), como a nuestra razón práctica (synderesis). En dicho trabajo concluíamos que puede y debe hablarse de un «innatismo» del habitus principiorum en sentido propio, pero que, según la mente de Aristóteles y de Tomás de Aquino, se trata de un innatismo solamente «incoativo», aptitudinal, iniciativo. Ya que en su consumacion o perfección dicho hábito de los principios necesita de unos contenidos (los principios son juicios, que constan, al menos de un sujeto y un predicado), y que tales contenidos se perciben a partir de la experiencia, por vía inductiva. Ahora bien, al hablar de los principios primarios de la razón humana, y justamente por el lado de su radicación en nuestra naturaleza —léase: estructura intelectual específicamente humana— dicha radicación suele entenderse como iluminación o como luz: sería en base a la luz del entendimiento activo cómo nosotros formamos esos hábitos de los principios y los actos correspondientes. Parece que experimentamos tales principios como «fulguraciones» interiores o como «iluminación» interna mediante la cual vemos de modo evidente la verdad de dichos juicios primarios, y, posteriormente, en virtud de esa luz primaria, «vemos» la verdad de otros juicios derivados, como son los juicios de los saberes científicos. De ahí su importancia y su especificidad en el ámbito cognoscitivo humano. Aunque en sí mismo el tema puede reducirse a una «metáfora», sin embargo sospechamos que hay en ello algo más que una metáfora. Y que en todo caso, aclarar el sentido de esta metáfora puede ayudarnos a expresar con más precisión nuestra experiencia cognitiva interna. Por tanto, si la pregunta se refiere al origen inmediato o raíz de ese habitus principiorum, en cuanto innato, la cuestión se relaciona con la denominada «luz intelectual» (lumen intellectus), que se supone es algo innato por necesidad. Pero sobre ello caben diversas preguntas: ¿Es el habitus principiorum lo mismo que la luz del entendimiento activo? ¿O pertenece más propiamente al entendimiento en cuanto pasivo ?. ¿Cuál es el origen o la base de esa luz de los primeros principios? Y ante todo, ¿qué es eso de la luz intelectual?