El bienestar subjetivo y la desigualdad social desde un enfoque de desarrollo humano
El bienestar fue estudiado a lo largo de la historia por diversas disciplinas. Durante siglos, el estudio de este tema fue terreno exclusivo de la ética filosófica, pero los primeros en abordarlo científicamente fueron los economistas, quienes pusieron el foco en estudiar lo que experimentaban y...
Autor principal: | |
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Otros Autores: | |
Formato: | Tesis doctoral |
Lenguaje: | Español |
Publicado: |
2025
|
Materias: | |
Acceso en línea: | https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/19506 |
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BIENESTAR SUBJETIVO CALIDAD DE VIDA SALUD APOYO SOCIAL INGRESOS Filgueira, Pilar El bienestar subjetivo y la desigualdad social desde un enfoque de desarrollo humano |
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El bienestar fue estudiado a lo largo de la historia por diversas disciplinas. Durante
siglos, el estudio de este tema fue terreno exclusivo de la ética filosófica, pero los primeros en
abordarlo científicamente fueron los economistas, quienes pusieron el foco en estudiar lo que
experimentaban y pensaban las personas sobre su vida, suponiendo que el bienestar depende de
factores económicos monetarios y no monetarios que aseguran una calidad de vida óptima.
Luego, dentro de la Psicología, que hasta finales del siglo pasado fue una ciencia ocupada en
estudiar y tratar afecciones mentales y emocionales, surgió un nuevo paradigma, el de la
Psicología Positiva, que buscó enfocarse también en el análisis de lo positivo de la experiencia
humana. Por otra parte, es preciso rescatar la definición de salud elaborada la Organización
Mundial de la Salud, la cual la caracteriza como el estado de completo bienestar físico, mental
y social, y no solamente la ausencia de enfermedades. Entonces, con base en la teoría, podría
decirse que el bienestar parecería encontrarse determinado por factores de salud, por factores
sociales y por factores económico-materiales.
Un avance importante en el tema del bienestar durante las últimas décadas ha sido el
reconocimiento y la creciente aceptación de que el bienestar consta de muchos aspectos y que
no puede representarse plenamente con una sola medida. Así, surgieron dos enfoques en la
investigación sobre el bienestar: el eudaimónico y el hedonista. Según la tradición eudaimónica,
el bienestar se desarrolla cuando los individuos alcanzan metas vitales de gran significado
personal. Esta dimensión del bienestar, llamado bienestar psicológico, se ha descrito, entonces,
como un esfuerzo por perfeccionarse, desarrollar las capacidades, y, así, conseguir la
realización del potencial propio, basándose en la búsqueda de objetivos y actividades que sean
coherentes con los valores y la identidad personal. En cambio, la tradición hedonista se focaliza
en la evaluación que una persona hace de su propia vida, tanto emocional como cognitivamente.
El bienestar así entendido, o bienestar subjetivo, alude a un concepto multidimensional en el
que se incluyen las distintas evaluaciones que las personas realizan sobre sus vidas, las cosas
que les suceden y las circunstancias en las que viven. El mismo se encuentra constituido por
dos componentes –el cognitivo y el afectivo–, que se encuentran correlacionados entre sí y se
retroalimentan, aunque deben ser estudiados por separado porque en su activación se ven
involucrados distintos mecanismos psicológicos.
Aunque el estudio empírico del bienestar subjetivo ha sido muy prolífico, y ha dado
lugar a numerosas teorías que intentan explicarlo, el análisis de la desigualdad en esta materia
en Latinoamérica es aún muy escaso. En esta línea, el presente trabajo tuvo por objetivo generar
un modelo que explique el bienestar subjetivo a través de dimensiones de salud –estado de salud percibido y salud mental–, sociales –apoyo social estructural y funcional–, y económicomateriales de vida –ingreso monetario, dimensiones de derechos sociales y económicos, y
suficiencia percibida de los ingresos– que denotan desigualdad en diferentes subsistemas
sociales y grupos poblacionales urbanos de la Argentina.
Se realizó un estudio empírico con enfoque cuantitativo transversal, con un alcance
descriptivo, correlacional y explicativo. Se seleccionó una muestra de 5950 adultos
provenientes de hogares distribuidos en 960 puntos muestrales de la República Argentina. El
dominio de estudio consistió en veinte aglomerados urbanos de 80,000 habitantes o más,
agrupados en tres grandes conglomerados según el tamaño de los mismos. Participaron 2720
hombres y 3230 mujeres, cuyas edades oscilaron entre los 18 y los 96 años (ME= 43.67; DE=
17.28). Al dividirlos en grupos de edad, se observó que el 36.7% de los participantes tenía entre
18 y 34 años, el 42.1% entre 35 y 59 años, y el restante 21.2% tenía 60 años o más. Los datos
fueron recabados por medio de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA-Agenda para
la Equidad), un cuestionario multipropósito que aborda distintas dimensiones y componentes
del desarrollo humano y social, cuya administración fue efectuada entre los meses de julio y
octubre del 2021.
Primero, se creó un índice de bienestar subjetivo a partir de tres variables –felicidad,
calidad de vida y satisfacción con la vida– que integran los dos componentes anteriormente
mencionados. Luego, con el fin de determinar los efectos que las desigualdades en condiciones
de salud, sociales y económico-materiales generan en el bienestar subjetivo, se llevó a cabo un
análisis de regresión lineal por pasos sucesivos. En el modelo resultante se concluyó que los
factores de salud, sociales y económico-materiales que inciden sobre el bienestar subjetivo son
la salud mental, el apoyo social funcional, la suficiencia percibida de los ingresos, el estado de
salud percibido, el apoyo social estructural, la dimensión de vivienda, la dimensión de accesos
educativos, el ingreso y la dimensión de empleo y seguridad social. La dimensión de servicios
básicos y la dimensión de medio ambiente no denotaron una incidencia significativa sobre el
nivel de bienestar subjetivo.
A continuación, se realizó un análisis de senderos para indagar los efectos de las
condiciones económico-materiales incluidas en el modelo de regresión sobre el bienestar
subjetivo al ser éstos mediados por las variables sociales y de salud. Consecuentemente, se
plantearon dos modelos; el primero evaluó los efectos directos e indirectos de las condiciones
económico-materiales al ser mediadas por las variables de salud, y el segundo, cuando son
mediadas por las variables sociales. Se halló que las condiciones de salud y sociales tienden a
tener un efecto mediador entre los factores económico-materiales y el bienestar subjetivo.
Asimismo, se observó que los efectos indirectos mediados por la salud mental y el apoyo social
funcional tienen mayor peso que los mediados por el estado de salud percibido y el apoyo social
estructural, respectivamente.
Seguidamente, con el objetivo de describir la percepción de bienestar subjetivo según
grupos de edad y género, se dividió la muestra en seis perfiles, a saber: (a) Mujer adulta joven,
(b) Mujer adulta media, (c) Mujer adulta tardía, (d) Hombre adulto joven, (e) Hombre adulto
medio, y (f) Hombre adulto tardío. Por medio de un análisis de varianza se concluyó que las
diferencias en los niveles de bienestar subjetivo de los diversos grupos poblacionales no son
dadas por el género de los participantes, sino por su edad. Así, se observó que el nivel de
bienestar subjetivo disminuye con la edad.
Por último, para poder estudiar los efectos que las desigualdades en condiciones de
salud, sociales y económico-materiales generan en el bienestar subjetivo en cada etapa de la
vida adulta, se segmentó la muestra en tres grupos de acuerdo a las etapas del ciclo vital de los
participantes; y, luego, se efectuó un análisis de regresión lineal por pasos sucesivos para cada
grupo con el bienestar subjetivo como variable dependiente, y con las condiciones de salud,
sociales y económico-materiales como variables predictoras. La principal variable predictora
del bienestar subjetivo en la adultez joven resultó ser la salud mental, seguida por el apoyo
social funcional, la suficiencia percibida de los ingresos, la dimensión de vivienda, el apoyo
social estructural, la dimensión de accesos educativos, y el estado de salud percibido. Este
modelo excluyó al ingreso, la dimensión de servicios básicos, la dimensión de medio ambiente
y la dimensión de empleo y seguridad social. En la adultez media, la salud mental fue la variable
predictora primordial del bienestar subjetivo, seguida por la suficiencia percibida de los
ingresos, el apoyo social funcional, el apoyo social estructural, el estado de salud percibido, la
dimensión de vivienda, el ingreso monetario, la dimensión de accesos educativos, y la
dimensión de empleo y seguridad social, excluyéndose del modelo a la dimensión de servicios
básicos y la dimensión de medio ambiente. Finalmente, el modelo explicativo de la adultez
tardía arrojó como principal variable predictora del bienestar subjetivo a la salud mental, pero
esta vez fue seguida por el apoyo social funcional, el estado de salud percibido, la suficiencia
percibida de los ingresos, y el apoyo social funcional. Este modelo excluyó al resto de las
condiciones económico-materiales. De este análisis se concluye que los elementos que hacen
al bienestar subjetivo de una persona no son los mismos, ni tienen el mismo peso, en la adultez
joven, que en la adultez media y en la tardía.
Los hallazgos de la presente tesis proporcionan un valioso aporte al estudio del
bienestar, ya que logra identificar los factores que influyen sobre el bienestar subjetivo, su interrelación, y cómo dicha incidencia ocurre en los distintos grupos etarios. Esto, al mismo
tiempo, tiene un valor pragmático, ya que permite incorporar una mirada criteriosa a la hora de
llevar a cabo intervenciones, programas, proyectos y acciones que hacen a la mejora del
bienestar de la población. |
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Rodríguez Espínola, Solange S. |
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Rodríguez Espínola, Solange S. Filgueira, Pilar |
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I33-R139-123456789-195062025-03-14T05:02:08Z El bienestar subjetivo y la desigualdad social desde un enfoque de desarrollo humano Filgueira, Pilar Rodríguez Espínola, Solange S. Delfino, Gisela I. BIENESTAR SUBJETIVO CALIDAD DE VIDA SALUD APOYO SOCIAL INGRESOS El bienestar fue estudiado a lo largo de la historia por diversas disciplinas. Durante siglos, el estudio de este tema fue terreno exclusivo de la ética filosófica, pero los primeros en abordarlo científicamente fueron los economistas, quienes pusieron el foco en estudiar lo que experimentaban y pensaban las personas sobre su vida, suponiendo que el bienestar depende de factores económicos monetarios y no monetarios que aseguran una calidad de vida óptima. Luego, dentro de la Psicología, que hasta finales del siglo pasado fue una ciencia ocupada en estudiar y tratar afecciones mentales y emocionales, surgió un nuevo paradigma, el de la Psicología Positiva, que buscó enfocarse también en el análisis de lo positivo de la experiencia humana. Por otra parte, es preciso rescatar la definición de salud elaborada la Organización Mundial de la Salud, la cual la caracteriza como el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades. Entonces, con base en la teoría, podría decirse que el bienestar parecería encontrarse determinado por factores de salud, por factores sociales y por factores económico-materiales. Un avance importante en el tema del bienestar durante las últimas décadas ha sido el reconocimiento y la creciente aceptación de que el bienestar consta de muchos aspectos y que no puede representarse plenamente con una sola medida. Así, surgieron dos enfoques en la investigación sobre el bienestar: el eudaimónico y el hedonista. Según la tradición eudaimónica, el bienestar se desarrolla cuando los individuos alcanzan metas vitales de gran significado personal. Esta dimensión del bienestar, llamado bienestar psicológico, se ha descrito, entonces, como un esfuerzo por perfeccionarse, desarrollar las capacidades, y, así, conseguir la realización del potencial propio, basándose en la búsqueda de objetivos y actividades que sean coherentes con los valores y la identidad personal. En cambio, la tradición hedonista se focaliza en la evaluación que una persona hace de su propia vida, tanto emocional como cognitivamente. El bienestar así entendido, o bienestar subjetivo, alude a un concepto multidimensional en el que se incluyen las distintas evaluaciones que las personas realizan sobre sus vidas, las cosas que les suceden y las circunstancias en las que viven. El mismo se encuentra constituido por dos componentes –el cognitivo y el afectivo–, que se encuentran correlacionados entre sí y se retroalimentan, aunque deben ser estudiados por separado porque en su activación se ven involucrados distintos mecanismos psicológicos. Aunque el estudio empírico del bienestar subjetivo ha sido muy prolífico, y ha dado lugar a numerosas teorías que intentan explicarlo, el análisis de la desigualdad en esta materia en Latinoamérica es aún muy escaso. En esta línea, el presente trabajo tuvo por objetivo generar un modelo que explique el bienestar subjetivo a través de dimensiones de salud –estado de salud percibido y salud mental–, sociales –apoyo social estructural y funcional–, y económicomateriales de vida –ingreso monetario, dimensiones de derechos sociales y económicos, y suficiencia percibida de los ingresos– que denotan desigualdad en diferentes subsistemas sociales y grupos poblacionales urbanos de la Argentina. Se realizó un estudio empírico con enfoque cuantitativo transversal, con un alcance descriptivo, correlacional y explicativo. Se seleccionó una muestra de 5950 adultos provenientes de hogares distribuidos en 960 puntos muestrales de la República Argentina. El dominio de estudio consistió en veinte aglomerados urbanos de 80,000 habitantes o más, agrupados en tres grandes conglomerados según el tamaño de los mismos. Participaron 2720 hombres y 3230 mujeres, cuyas edades oscilaron entre los 18 y los 96 años (ME= 43.67; DE= 17.28). Al dividirlos en grupos de edad, se observó que el 36.7% de los participantes tenía entre 18 y 34 años, el 42.1% entre 35 y 59 años, y el restante 21.2% tenía 60 años o más. Los datos fueron recabados por medio de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA-Agenda para la Equidad), un cuestionario multipropósito que aborda distintas dimensiones y componentes del desarrollo humano y social, cuya administración fue efectuada entre los meses de julio y octubre del 2021. Primero, se creó un índice de bienestar subjetivo a partir de tres variables –felicidad, calidad de vida y satisfacción con la vida– que integran los dos componentes anteriormente mencionados. Luego, con el fin de determinar los efectos que las desigualdades en condiciones de salud, sociales y económico-materiales generan en el bienestar subjetivo, se llevó a cabo un análisis de regresión lineal por pasos sucesivos. En el modelo resultante se concluyó que los factores de salud, sociales y económico-materiales que inciden sobre el bienestar subjetivo son la salud mental, el apoyo social funcional, la suficiencia percibida de los ingresos, el estado de salud percibido, el apoyo social estructural, la dimensión de vivienda, la dimensión de accesos educativos, el ingreso y la dimensión de empleo y seguridad social. La dimensión de servicios básicos y la dimensión de medio ambiente no denotaron una incidencia significativa sobre el nivel de bienestar subjetivo. A continuación, se realizó un análisis de senderos para indagar los efectos de las condiciones económico-materiales incluidas en el modelo de regresión sobre el bienestar subjetivo al ser éstos mediados por las variables sociales y de salud. Consecuentemente, se plantearon dos modelos; el primero evaluó los efectos directos e indirectos de las condiciones económico-materiales al ser mediadas por las variables de salud, y el segundo, cuando son mediadas por las variables sociales. Se halló que las condiciones de salud y sociales tienden a tener un efecto mediador entre los factores económico-materiales y el bienestar subjetivo. Asimismo, se observó que los efectos indirectos mediados por la salud mental y el apoyo social funcional tienen mayor peso que los mediados por el estado de salud percibido y el apoyo social estructural, respectivamente. Seguidamente, con el objetivo de describir la percepción de bienestar subjetivo según grupos de edad y género, se dividió la muestra en seis perfiles, a saber: (a) Mujer adulta joven, (b) Mujer adulta media, (c) Mujer adulta tardía, (d) Hombre adulto joven, (e) Hombre adulto medio, y (f) Hombre adulto tardío. Por medio de un análisis de varianza se concluyó que las diferencias en los niveles de bienestar subjetivo de los diversos grupos poblacionales no son dadas por el género de los participantes, sino por su edad. Así, se observó que el nivel de bienestar subjetivo disminuye con la edad. Por último, para poder estudiar los efectos que las desigualdades en condiciones de salud, sociales y económico-materiales generan en el bienestar subjetivo en cada etapa de la vida adulta, se segmentó la muestra en tres grupos de acuerdo a las etapas del ciclo vital de los participantes; y, luego, se efectuó un análisis de regresión lineal por pasos sucesivos para cada grupo con el bienestar subjetivo como variable dependiente, y con las condiciones de salud, sociales y económico-materiales como variables predictoras. La principal variable predictora del bienestar subjetivo en la adultez joven resultó ser la salud mental, seguida por el apoyo social funcional, la suficiencia percibida de los ingresos, la dimensión de vivienda, el apoyo social estructural, la dimensión de accesos educativos, y el estado de salud percibido. Este modelo excluyó al ingreso, la dimensión de servicios básicos, la dimensión de medio ambiente y la dimensión de empleo y seguridad social. En la adultez media, la salud mental fue la variable predictora primordial del bienestar subjetivo, seguida por la suficiencia percibida de los ingresos, el apoyo social funcional, el apoyo social estructural, el estado de salud percibido, la dimensión de vivienda, el ingreso monetario, la dimensión de accesos educativos, y la dimensión de empleo y seguridad social, excluyéndose del modelo a la dimensión de servicios básicos y la dimensión de medio ambiente. Finalmente, el modelo explicativo de la adultez tardía arrojó como principal variable predictora del bienestar subjetivo a la salud mental, pero esta vez fue seguida por el apoyo social funcional, el estado de salud percibido, la suficiencia percibida de los ingresos, y el apoyo social funcional. Este modelo excluyó al resto de las condiciones económico-materiales. De este análisis se concluye que los elementos que hacen al bienestar subjetivo de una persona no son los mismos, ni tienen el mismo peso, en la adultez joven, que en la adultez media y en la tardía. Los hallazgos de la presente tesis proporcionan un valioso aporte al estudio del bienestar, ya que logra identificar los factores que influyen sobre el bienestar subjetivo, su interrelación, y cómo dicha incidencia ocurre en los distintos grupos etarios. Esto, al mismo tiempo, tiene un valor pragmático, ya que permite incorporar una mirada criteriosa a la hora de llevar a cabo intervenciones, programas, proyectos y acciones que hacen a la mejora del bienestar de la población. 2025-03-13T11:46:24Z 2025-03-13T11:46:24Z 2024 Tesis doctoral https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/19506 spa Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ application/pdf Tesis de Doctorado en Psicología. Pontificia Universidad Católica Argentina, 2024 |