Facebook, el mundo feliz de la posmodernidad : reflexiones sobre la construcción de la/s subjetividad/es en tiempos virtuales

Desde el surgimiento del nuevo período digital denominado “web 2.0”, inaugurado a finales de la década del ´90 y principios del 2000, que se caracterizó por la aparición de herramientas y plataformas de publicación y distribución de contenidos en línea, Facebook se convirtió en el caso paradigmático...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Muzzalupo, Federico
Otros Autores: Genovesi, Mariela
Formato: Tesis Tesis de grado acceptedVersion
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales 2019
Materias:
Acceso en línea:http://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/1273
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Estos interrogantes, entre otros, son los que se indagaran en el desarrollo de esta tesina.\n\nPara el abordaje del fenómeno Facebook que aquí se propone, fue necesario el análisis de diversas perspectivas que en su imbricación dieron como resultado el desarrollo de los tres capítulos que a continuación se presentan. Para dicha exposición fueron imprescindibles las lecturas de diversos autores, los cuales aportaron la fundamentación teórica para sustentar lo aquí descripto. Si bien algunos de ellos son utilizados explícitamente, con sus correspondientes citas, otros aportaron el bagaje conceptual que implícitamente crearon la atmósfera textual de este trabajo.\n\nEn lo que respecta a las características específicas de Facebook y a las prácticas que de su uso se derivan, fueron importantes los aportes realizados por Guadalupe López y Clara Ciuffoli (2012). Mientras que José Van Dijck (2016) proporcionó la mirada crítica en esta materia. Por su parte, Byung-Chul Han (2012, 2014) al plantear que la tan mentada “trasparencia” en las redes sociales responde a la coacción dirigida por el imperativo económico, permitió desnaturalizar el uso de Facebook y presentarlo como un estilo de vida engendrado de forma consciente por las directrices globales emanadas del régimen económico imperante. A su vez, contribuyó a describir el microclima reinante en las redes sociales y en particular en Facebook. Mientras que Ippollita (2012) brindó las características del funcionamiento comercial de Facebook en tanto empresa.\n\nLa descripción de los principales aspectos y consecuencias del régimen mundial económico, expresado en el concepto de globalización tecnológica y científica, fue aportada por Julio Aróstegui y Jorge Saborido (2005). En consonancia, Paula Sibilia (2005, 2008) brindó la interpretación sobre la relación entre las innovaciones tecnológicas y las características de las sociedades de consumo post capitalistas. De dicha autora, además, se desprende la definición de cómo es entendida la subjetividad en este trabajo. A su vez, brindó el sustento teórico necesario para describir el tipo de construcción de personalidades que se llevan a cabo a través de las redes sociales, proceso caracterizado por la exposición de la vida íntima de las personas. También, su revisión histórica sobre cómo las directrices económicas, políticas, científico-técnicas y socioculturales imperantes de un momento histórico determinado moldean las subjetividades, permitió desarrollar la idea de que las personalidades que subyacen hoy por hoy responden a una configuración particular del mundo. Mientras que Daniel Cabrera (2007) contribuyó con las descripciones de la matriz cultural emanada por el discurso económico- tecnológico que ambienta transversalmente la tesina en general.\n\nPhilippe Dubois (2001) con su descripción sobre la estética de la representación en las máquinas de imágenes, aportó el contenido para desarrollar los conceptos de materialidad e inmaterialidad en relación al desarrollo de las nuevas tecnologías.\n\nEn este sentido, también fueron importantes los aportes de Gérard Wajcman (2011). Dicho autor, pone en evidencia que la hipervisibilidad que domina estos tiempos es producto de los desarrollos de dispositivos científicos y técnicos, siendo el objetivo hacer visibles a las personas como forma de control social.\n\nRichard Sennett (1978) y Patrice Flichy (1993), fueron utilizados para caracterizar los tipos de sociabilización particular que prevalecieron en ciertos momentos históricos, los cuales fueron retomados en esta exposición como parte de una línea de tiempo que sirvió para la argumentación que aquí se propone.\n\nLas descripciones del historiador Perry Anderson (2003) y del sociólogo Atilio Borón (2003) sirvieron para describir tanto las características económicas y políticas como las consecuencias culturales y sociales, de la fase del capitalismo denominado neoliberalismo. Mientras que la bibliografía de Zygmunt Bauman (2003, 2005, 2007) reforzó el análisis sobre los efectos socio-culturales y tipo de relaciones resultantes del ya mencionado modelo neoliberal.\n\nLas tesis del filósofo, escritor y cineasta francés Guy Debord (1967), fueron la piedra basal de este trabajo. Sus postulados discurren por los tres capítulos que aquí se exponen. Sus conceptos sirvieron para caracterizar de forma específica el tipo de sociedad en la que estamos insertos y aportaron el marco teórico cultural y económico necesarios, sin los cuales no hubiera sido posible un análisis acabado de lo que aquí se trata.\n\nGilles Lipovetsky (1990), al caracterizar la sociedad posmoderna y las características del tipo de subjetividades específicas que de ella se desprenden, posibilitó vincular de forma explícita la relación intrínseca entre estos dos procesos que va desde lo general (sociedad) a lo particular (subjetividades).\n\nTanto de Karl Marx y Friedrich Engels como de Pierre Bourdieu, se desprende la concepción que se tiene en este trabajo sobre cómo se concibe a los individuos en tanto integrantes que ocupan una posición determinada en la sociedad y, como funciona esta relación.\n\nEsta tesina retoma ese contexto general para pensar concretamente los modos a través de los cuales los sujetos usan a Facebook para desarrollar una/s práctica/s que están orientadas al “aparecer” en detrimento del “ser” y que los constituyen a partir de la/s mirada/s de un/os “otro/s”.\n\nEntendiendo que […] “las posibilidades de la innovación tecnológica están determinadas, desde un comienzo, por el espacio admitido de los usos sociales donde pueden emplazarse esas innovaciones”, es que me refiero a sujetos, y no realizo un recorte en particular de la sociedad que responda a las clasificaciones tales como sexo, edad, nivel socioeconómico, o cualquier otro tipo de variables, aún a riesgo de caer en la tan cuestionada generalización. De esta forma, pongo de manifiesto que estamos frente a una/s práctica/s que se emplazaron en el conjunto de la sociedad, convirtiéndose en habituales y naturales, a la altura de cepillarse los dientes, comer, dormir, hablar, y, por lo tanto, incuestionables. Como afirman López y Ciuffoli […] “Facebook se naturalizó. Los usuarios simplemente “están” en Facebook y cada vez más tiempo están ahí”. De esta forma y parafraseando a Levis Munford (1934), Facebook se ha convertido en una segunda naturaleza del “estar”.\n\nEl camino que se recorre cuenta de tres ejes necesarios y correlativos, que obligadamente se entrecruzan para explicar las estrategias que los sujetos ponen en juego para construir una/s subjetividad/es a través de Facebook.\n\nEl primero de ellos se refiere a las características principales que predominan en la sociedad actual, en las que el uso de Facebook, precisamente, calzan perfectamente en el manejo que los individuos le dan al “espacio virtual” que aquí se analiza.\n\nAlgunas de las particularidades, que sirven de modo introductorio, hacen referencia a una sociedad en donde prevalecen los criterios de visibilidad y apariencias; de inclinación virtualizante; donde se ha llegado al extremo en que lo vivido no es tal, sino en tanto y en cuanto sea certificado, o, mejor dicho, publicado. Como anticipó de forma premonitoria Guy Debord (1967), al enumerar la primera particularidad de la sociedad del espectáculo, “Toda la vida de las sociedades donde rigen las condiciones modernas de producción se manifiesta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que antes se vivía directamente, se aleja ahora en una representación”.\n\nCon el desarrollo constante de computadoras, celulares, satélites y todo tipo de artefactos de comunicación, la matriz tecnológica de la actual etapa capitalista cumple un rol decisivo en la situación en la que nos encontramos, ya que brinda las herramientas, tanto materiales como culturales, para que los individuos construyan su identidad a través de una pantalla y las redes. Esta idea económica de producción se traslada a la vida de las personas. De igual forma es la inmediatez y practicidad con la que un modelo de celular deja obsoleto al anterior, como un sujeto realiza cambios en su vida, o por lo menos, quiere hacer constar ante los otros. De esta forma, la vida humana adquiere el estatus de mercancía, corolario de la ley del mercado imperante.\n\nA la vez, estos instrumentos al ser cada vez más prácticos en cuanto a la portabilidad y a la multiplicidad de funciones, permiten la inmediatez con que un sujeto puede estar exhibiendo algún estado de su existencia. Ya no hay barreras geográficas y temporales para estar conectado y compartir la vida en tiempo real.\n\nEn este contexto y entrando al segundo eje, se hace referencia a la manera en que las personas constituyen su/s subjetividad/es dentro del espacio virtual de Facebook. En el capítulo subyace la idea de que las subjetividades, entendiéndolas como enuncia Paula Sibilia (2008) son modos de ser y estar en el mundo, en un primer momento se constituían en el ámbito público, es decir, en espacios donde primaba el contacto cara a cara, como ser las calles; para en una segunda instancia, desplazarse de forma progresiva hacia lo privado, o sea, hacia la intimidad del sujeto, en donde los hogares se convirtieron en el lugar\nprivilegiado; hasta llegar a la actualidad, en donde lo público vuelve a ponerse de relevancia, pero esta vez, de manera y virtual y exagerada. Esta última situación se refleja con la publicación continua de los actos más banales de la vida cotidiana de las personas, los sentimientos, estados de ánimos, recuerdos, ya sea a través de una imagen o en forma de texto. \n\nEstamos hablando de subjetividades caracterizadas por el narcisismo, la megalomanía y una saturación del “yo”, características que invaden todo el territorio de Facebook. Comportamientos que, a su vez, responden, como la otra cara de la misma moneda, a una profunda inseguridad de sí, ya que se necesita “ser” de cierta manera, la que responde al mostrar y a lo que otros muestran, para poder ser “yo”. \n\nCuanto más público, cuanto más facetas exhibo sobre mí, cuanto más “me gusta” recibo, más soy. Escala ascendente sin final en busca del reconocimiento digital, igual lógica que impera en el consumo. El mercado logró su mayor éxito, la “mercantilización del yo”, en donde el armado de la personalidad se exhibe en una pantalla y se desplaza por las redes, siendo que cada vez más hay que “aparecer para ser”. Como dice Carlos “Indio” Solari en la canción “Alien Duce”- perteneciente al disco titulado “Último bondi a Finisterre” de 1998- “¡Dios es digital!”.\n\nA su vez, en este proceso, “hay un otro que mira”. Por un lado, “ese otro” consume las publicaciones que la gente “común y corriente” “sube” a su “biografía”, así como antes leía revistas para enterarse de la vida privada de las estrellas del mundo de la radio, cine y televisión; ahora “mira”, “ojea” lo que hacen sus “amigos”. En este sentido, hay una transposición que va de la antigua predilección por saber sobre las personalidades del “star system” a una tendencia amateurista. Pero, por el otro lado, este “otro” que “mira” compara su existencia con la de los demás, tomándolas como parámetro para evaluar su propia vida, ya que “uno” también se configura a través de un “otro”, sin sospechar que lo que se está viendo en una biografía digital es una performance/ficción, en el sentido de que el material fue editado y montado por un “yo” omnipresente que, al mismo tiempo, es autor, narrador y actor, de lo que expone.\n\nEl amateurismo actual conlleva a la homogenización de la vida pública de las personas. Si en los comienzos de la década del 50, el blanco de las miradas o el otro a observar eran los artistas, seres que tenían un estilo de vida inalcanzable para las personas “comunes y corrientes”, todo los que los otros “no podían ser”; hoy en día, ese otro al que se mira “es un igual”, un “amigo”, alguien a imitar. Este fenómeno produce una especie de competencia en la cual la vida ajena sirve como espejo/reflejo a seguir. Y, al mismo tiempo, convierte a Facebook en el lugar privilegiado para no estar condenado al anonimato. De esta forma, lo que se publica produce reacciones en ese otro que “mira”, convirtiéndolo en un sujeto activo, que reacciona, siente, piensa y actúa en función de lo que ve. Todo este proceso cotidiano se desarrolla sin la menor sospecha de que lo que se observa es una puesta en escena/ montaje, en resumidas cuentas, una “apariencia proyectada”, deliberadamente y cuidadosamente armada. Ejemplos de esta situación es la publicación de imágenes de otros tiempos o de fotos producidas solo para “subir” dejando fuera el contexto de la toma. \n\nLa exteriorización verborrágica que las personas realizan en el espacio virtual para autorepresentarse, para producir ciertos efectos de su/s personalidad/es bajo la mirada de miles de otros, hace que la condición de ser uno mismo, en los tiempos que corren, no sea un elemento constituyente y esencial del sujeto sino el adecuamiento de diversas estrategias de presentación del yo a las perspectivas de las personas con las que se interactúa y a las normas en que se enmarca dicha relación. Lo que lleva a referirnos, con respecto a las peculiaridades de las representaciones identitarias, a personalidades efímeras y frívolas que se modifican según las exigencias virtuales y sociales, consecuencia de la presión por “estar” y no producto de un proceso íntimo de autocomprensión para “ser” uno mismo.\n\nFinalmente se analizará, en el tercer eje, cómo las aplicaciones de Facebook encastran perfectamente en el tipo de sociedad descripta y las subjetividades que ella engendra. En este sentido, hay una triple alianza entre los tres apartados que aquí se tratan. Facebook calza perfectamente en este tipo de sociedad del espectáculo y, a su vez, las subjetividades que crea la sociedad se acoplan perfectamente al espacio virtual que brinda Facebook. Como dicen López y Ciuffoli “En Facebook, “usar” es sinónimo de “publicar”. Allí, el “yo” que comunica se cristaliza en las actualizaciones de estado y en la publicación de enlaces, fotos, videos y notas que el usuario comparte con sus “amigos” o contactos de la red”.\n\nA esta descripción podemos sumarle que las huellas que los usuarios dejan en Facebook van más allá de una publicación, ya que de la misma forma en que cuando se comienza la sesión “ya se está visible”, lo mismo sucede cuando se desconecta, ya que figura el tiempo desde que no se está conectado. Todas las imbricaciones de las funcionalidades apuntan indefectiblemente a la visibilidad. En este sentido es que se concibe a Facebook como algo que va más allá de una mera red social, sino como el corolario de las exigencias de la vida actual, a saber, la de “estar en todos lados, al mismo tiempo”, y la de “aparecer todo el tiempo”.\n\nLa forma efímera de cómo se publica, en donde una publicación deja obsoleta a la anterior, es un reflejo cabal de cómo este comportamiento se erigió tanto en la sociedad y, como consecuencia, en las subjetividades.\n\nTambién, se indagará sobre la significación de la aplicación “Me Gusta”, considerándola como forma de legitimación y éxito social. En este sentido, se buscarán los efectos que se activan en los sujetos, al saberse mirados, la cantidad recibida ante un “posteo”. Teniendo en cuenta que donde hay un “Me gusta” hay un “otro” que está presente, que mira y hace sentir su presencia.
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spelling I28-R145-1273_oai2021-09-07 Genovesi, Mariela Muzzalupo, Federico 2019 Desde el surgimiento del nuevo período digital denominado “web 2.0”, inaugurado a finales de la década del ´90 y principios del 2000, que se caracterizó por la aparición de herramientas y plataformas de publicación y distribución de contenidos en línea, Facebook se convirtió en el caso paradigmático que se emplazó en la sociedad toda.\n\nEs a partir de la creciente dimensión que adquirió este “espacio virtual” en la cotidianidad de las personas que surge la necesidad de preguntarse: Las estrategias que los individuos ponen en juego en Facebook ¿Los representan\nrealmente o se trata más bien de una/s subjetividad/es creada/s para la mirada de otro/s? ¿Se puede escindir la vida de los sujetos entre espacio virtual y no virtual?, y en todo caso, ¿Cómo funciona esta dualidad? ¿Que lleva a las personas a la necesidad/actitud/el deseo, de mostrarse/ al aparecer/compartir? Estos interrogantes, entre otros, son los que se indagaran en el desarrollo de esta tesina.\n\nPara el abordaje del fenómeno Facebook que aquí se propone, fue necesario el análisis de diversas perspectivas que en su imbricación dieron como resultado el desarrollo de los tres capítulos que a continuación se presentan. Para dicha exposición fueron imprescindibles las lecturas de diversos autores, los cuales aportaron la fundamentación teórica para sustentar lo aquí descripto. Si bien algunos de ellos son utilizados explícitamente, con sus correspondientes citas, otros aportaron el bagaje conceptual que implícitamente crearon la atmósfera textual de este trabajo.\n\nEn lo que respecta a las características específicas de Facebook y a las prácticas que de su uso se derivan, fueron importantes los aportes realizados por Guadalupe López y Clara Ciuffoli (2012). Mientras que José Van Dijck (2016) proporcionó la mirada crítica en esta materia. Por su parte, Byung-Chul Han (2012, 2014) al plantear que la tan mentada “trasparencia” en las redes sociales responde a la coacción dirigida por el imperativo económico, permitió desnaturalizar el uso de Facebook y presentarlo como un estilo de vida engendrado de forma consciente por las directrices globales emanadas del régimen económico imperante. A su vez, contribuyó a describir el microclima reinante en las redes sociales y en particular en Facebook. Mientras que Ippollita (2012) brindó las características del funcionamiento comercial de Facebook en tanto empresa.\n\nLa descripción de los principales aspectos y consecuencias del régimen mundial económico, expresado en el concepto de globalización tecnológica y científica, fue aportada por Julio Aróstegui y Jorge Saborido (2005). En consonancia, Paula Sibilia (2005, 2008) brindó la interpretación sobre la relación entre las innovaciones tecnológicas y las características de las sociedades de consumo post capitalistas. De dicha autora, además, se desprende la definición de cómo es entendida la subjetividad en este trabajo. A su vez, brindó el sustento teórico necesario para describir el tipo de construcción de personalidades que se llevan a cabo a través de las redes sociales, proceso caracterizado por la exposición de la vida íntima de las personas. También, su revisión histórica sobre cómo las directrices económicas, políticas, científico-técnicas y socioculturales imperantes de un momento histórico determinado moldean las subjetividades, permitió desarrollar la idea de que las personalidades que subyacen hoy por hoy responden a una configuración particular del mundo. Mientras que Daniel Cabrera (2007) contribuyó con las descripciones de la matriz cultural emanada por el discurso económico- tecnológico que ambienta transversalmente la tesina en general.\n\nPhilippe Dubois (2001) con su descripción sobre la estética de la representación en las máquinas de imágenes, aportó el contenido para desarrollar los conceptos de materialidad e inmaterialidad en relación al desarrollo de las nuevas tecnologías.\n\nEn este sentido, también fueron importantes los aportes de Gérard Wajcman (2011). Dicho autor, pone en evidencia que la hipervisibilidad que domina estos tiempos es producto de los desarrollos de dispositivos científicos y técnicos, siendo el objetivo hacer visibles a las personas como forma de control social.\n\nRichard Sennett (1978) y Patrice Flichy (1993), fueron utilizados para caracterizar los tipos de sociabilización particular que prevalecieron en ciertos momentos históricos, los cuales fueron retomados en esta exposición como parte de una línea de tiempo que sirvió para la argumentación que aquí se propone.\n\nLas descripciones del historiador Perry Anderson (2003) y del sociólogo Atilio Borón (2003) sirvieron para describir tanto las características económicas y políticas como las consecuencias culturales y sociales, de la fase del capitalismo denominado neoliberalismo. 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Sus conceptos sirvieron para caracterizar de forma específica el tipo de sociedad en la que estamos insertos y aportaron el marco teórico cultural y económico necesarios, sin los cuales no hubiera sido posible un análisis acabado de lo que aquí se trata.\n\nGilles Lipovetsky (1990), al caracterizar la sociedad posmoderna y las características del tipo de subjetividades específicas que de ella se desprenden, posibilitó vincular de forma explícita la relación intrínseca entre estos dos procesos que va desde lo general (sociedad) a lo particular (subjetividades).\n\nTanto de Karl Marx y Friedrich Engels como de Pierre Bourdieu, se desprende la concepción que se tiene en este trabajo sobre cómo se concibe a los individuos en tanto integrantes que ocupan una posición determinada en la sociedad y, como funciona esta relación.\n\nEsta tesina retoma ese contexto general para pensar concretamente los modos a través de los cuales los sujetos usan a Facebook para desarrollar una/s práctica/s que están orientadas al “aparecer” en detrimento del “ser” y que los constituyen a partir de la/s mirada/s de un/os “otro/s”.\n\nEntendiendo que […] “las posibilidades de la innovación tecnológica están determinadas, desde un comienzo, por el espacio admitido de los usos sociales donde pueden emplazarse esas innovaciones”, es que me refiero a sujetos, y no realizo un recorte en particular de la sociedad que responda a las clasificaciones tales como sexo, edad, nivel socioeconómico, o cualquier otro tipo de variables, aún a riesgo de caer en la tan cuestionada generalización. 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De esta forma y parafraseando a Levis Munford (1934), Facebook se ha convertido en una segunda naturaleza del “estar”.\n\nEl camino que se recorre cuenta de tres ejes necesarios y correlativos, que obligadamente se entrecruzan para explicar las estrategias que los sujetos ponen en juego para construir una/s subjetividad/es a través de Facebook.\n\nEl primero de ellos se refiere a las características principales que predominan en la sociedad actual, en las que el uso de Facebook, precisamente, calzan perfectamente en el manejo que los individuos le dan al “espacio virtual” que aquí se analiza.\n\nAlgunas de las particularidades, que sirven de modo introductorio, hacen referencia a una sociedad en donde prevalecen los criterios de visibilidad y apariencias; de inclinación virtualizante; donde se ha llegado al extremo en que lo vivido no es tal, sino en tanto y en cuanto sea certificado, o, mejor dicho, publicado. 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De igual forma es la inmediatez y practicidad con la que un modelo de celular deja obsoleto al anterior, como un sujeto realiza cambios en su vida, o por lo menos, quiere hacer constar ante los otros. De esta forma, la vida humana adquiere el estatus de mercancía, corolario de la ley del mercado imperante.\n\nA la vez, estos instrumentos al ser cada vez más prácticos en cuanto a la portabilidad y a la multiplicidad de funciones, permiten la inmediatez con que un sujeto puede estar exhibiendo algún estado de su existencia. Ya no hay barreras geográficas y temporales para estar conectado y compartir la vida en tiempo real.\n\nEn este contexto y entrando al segundo eje, se hace referencia a la manera en que las personas constituyen su/s subjetividad/es dentro del espacio virtual de Facebook. 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Por un lado, “ese otro” consume las publicaciones que la gente “común y corriente” “sube” a su “biografía”, así como antes leía revistas para enterarse de la vida privada de las estrellas del mundo de la radio, cine y televisión; ahora “mira”, “ojea” lo que hacen sus “amigos”. En este sentido, hay una transposición que va de la antigua predilección por saber sobre las personalidades del “star system” a una tendencia amateurista. Pero, por el otro lado, este “otro” que “mira” compara su existencia con la de los demás, tomándolas como parámetro para evaluar su propia vida, ya que “uno” también se configura a través de un “otro”, sin sospechar que lo que se está viendo en una biografía digital es una performance/ficción, en el sentido de que el material fue editado y montado por un “yo” omnipresente que, al mismo tiempo, es autor, narrador y actor, de lo que expone.\n\nEl amateurismo actual conlleva a la homogenización de la vida pública de las personas. Si en los comienzos de la década del 50, el blanco de las miradas o el otro a observar eran los artistas, seres que tenían un estilo de vida inalcanzable para las personas “comunes y corrientes”, todo los que los otros “no podían ser”; hoy en día, ese otro al que se mira “es un igual”, un “amigo”, alguien a imitar. Este fenómeno produce una especie de competencia en la cual la vida ajena sirve como espejo/reflejo a seguir. Y, al mismo tiempo, convierte a Facebook en el lugar privilegiado para no estar condenado al anonimato. De esta forma, lo que se publica produce reacciones en ese otro que “mira”, convirtiéndolo en un sujeto activo, que reacciona, siente, piensa y actúa en función de lo que ve. Todo este proceso cotidiano se desarrolla sin la menor sospecha de que lo que se observa es una puesta en escena/ montaje, en resumidas cuentas, una “apariencia proyectada”, deliberadamente y cuidadosamente armada. Ejemplos de esta situación es la publicación de imágenes de otros tiempos o de fotos producidas solo para “subir” dejando fuera el contexto de la toma. \n\nLa exteriorización verborrágica que las personas realizan en el espacio virtual para autorepresentarse, para producir ciertos efectos de su/s personalidad/es bajo la mirada de miles de otros, hace que la condición de ser uno mismo, en los tiempos que corren, no sea un elemento constituyente y esencial del sujeto sino el adecuamiento de diversas estrategias de presentación del yo a las perspectivas de las personas con las que se interactúa y a las normas en que se enmarca dicha relación. Lo que lleva a referirnos, con respecto a las peculiaridades de las representaciones identitarias, a personalidades efímeras y frívolas que se modifican según las exigencias virtuales y sociales, consecuencia de la presión por “estar” y no producto de un proceso íntimo de autocomprensión para “ser” uno mismo.\n\nFinalmente se analizará, en el tercer eje, cómo las aplicaciones de Facebook encastran perfectamente en el tipo de sociedad descripta y las subjetividades que ella engendra. En este sentido, hay una triple alianza entre los tres apartados que aquí se tratan. Facebook calza perfectamente en este tipo de sociedad del espectáculo y, a su vez, las subjetividades que crea la sociedad se acoplan perfectamente al espacio virtual que brinda Facebook. Como dicen López y Ciuffoli “En Facebook, “usar” es sinónimo de “publicar”. Allí, el “yo” que comunica se cristaliza en las actualizaciones de estado y en la publicación de enlaces, fotos, videos y notas que el usuario comparte con sus “amigos” o contactos de la red”.\n\nA esta descripción podemos sumarle que las huellas que los usuarios dejan en Facebook van más allá de una publicación, ya que de la misma forma en que cuando se comienza la sesión “ya se está visible”, lo mismo sucede cuando se desconecta, ya que figura el tiempo desde que no se está conectado. Todas las imbricaciones de las funcionalidades apuntan indefectiblemente a la visibilidad. En este sentido es que se concibe a Facebook como algo que va más allá de una mera red social, sino como el corolario de las exigencias de la vida actual, a saber, la de “estar en todos lados, al mismo tiempo”, y la de “aparecer todo el tiempo”.\n\nLa forma efímera de cómo se publica, en donde una publicación deja obsoleta a la anterior, es un reflejo cabal de cómo este comportamiento se erigió tanto en la sociedad y, como consecuencia, en las subjetividades.\n\nTambién, se indagará sobre la significación de la aplicación “Me Gusta”, considerándola como forma de legitimación y éxito social. En este sentido, se buscarán los efectos que se activan en los sujetos, al saberse mirados, la cantidad recibida ante un “posteo”. Teniendo en cuenta que donde hay un “Me gusta” hay un “otro” que está presente, que mira y hace sentir su presencia. Fil: Muzzalupo, Federico. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales. Buenos Aires, Argentina application/pdf http://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/1273 http://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/1273 http://repositorio.sociales.uba.ar/files/original/139223065dddb4391b817629a7085b60.pdf spa Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales info:eu-repo/semantics/openAccess http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Genérica (CC BY-NC-ND 2.0) Redes sociales (Internet) Cibercultura Relaciones interpersonales Realidad virtual Intimidad Socialización Neoliberalismo Facebook, el mundo feliz de la posmodernidad : reflexiones sobre la construcción de la/s subjetividad/es en tiempos virtuales Tesis info:eu-repo/semantics/bachelorThesis info:ar-repo/semantics/tesis de grado info:eu-repo/semantics/acceptedVersion http://repositoriouba.sisbi.uba.ar/gsdl/cgi-bin/library.cgi?a=d&c=asogtesis&d=1273_oai