Traducción y reescritura. A propósito de Finisterre
Escribir es traducir, y en Finisterre esta condición de la escritura se halla especialmente marcada. Lecturas historiográficas, cartas, testimonios, voces de varias lenguas, geografías distantes, una vasta bibliografía antropológica, sociológica, literaria: todo se reelabora y se t...
Guardado en:
| Autor principal: | |
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| Formato: | Artículo revista |
| Lenguaje: | Español |
| Publicado: |
Universidad Nacional del Litoral
2010
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| Acceso en línea: | https://bibliotecavirtual.unl.edu.ar/publicaciones/index.php/HilodelaFabula/article/view/1818 |
| Aporte de: |
| Sumario: | Escribir es traducir, y en Finisterre esta condición de la escritura se halla especialmente marcada. Lecturas historiográficas, cartas, testimonios, voces de varias lenguas, geografías distantes, una vasta bibliografía antropológica, sociológica, literaria: todo se reelabora y se transforma en la novela. Por otra parte, la traducción como operación vital se tematiza en la historia: los personajes se pasan la vida intentando traducir la realidad desconocida a lo conocido, y en traducirse a sí mismos para otros ojos. En el éxito de ese proceso se juega su destino. Sufren más (o mueren) los que no quieren ni pueden traducir; los que no encuentran la clave de las “equivalencias” necesarias para rehacerse en otro sitio. No es posible tener conocimiento de lo propio sin haber visto lo otro: la totalidad, la comunidad de los seres humanos, en lo que éstos comparten y en lo que difieren. El viaje es de ida y vuelta, aunque no se retorne físicamente. Babel no es el infierno porque las lenguas se interpretan y se interpenetran como los cuerpos; porque existen los vasos comunicantes de la traducción. |
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