Observaciones geológicas en la Alta Cordillera de Mendoza, Departamento de Tunuyán, entre el Mesón de San Juan y el río Palomares, al oeste del Alto Río Tunuyán

La zona estudiada se encuentra en la provincia de Mendoza, departamento de Tunuyán. Los límites son, al Norte el Mesón de San Juan y al Sur el río Palomares, que nace en el cordón del límite con Chile y finaliza en el río Tunuyán. El límite Oeste lo constituye la cadena de Piuquenes, divisoria de...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Pascual, Rosendo
Otros Autores: Fossa Mancini, Enrique
Formato: Tesis Tesis de doctorado
Lenguaje:Español
Publicado: 1949
Materias:
Ciencias Naturales
Geología
Procesos Geológicos
Observaciones, instrumentación y técnicas geofísicas
Mendoza (Argentina)
Sedimentos Geológicos
Acceso en línea:http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/5086
Aporte de:
SEDICI (UNLP) de Universidad Nacional de La Plata
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description La zona estudiada se encuentra en la provincia de Mendoza, departamento de Tunuyán. Los límites son, al Norte el Mesón de San Juan y al Sur el río Palomares, que nace en el cordón del límite con Chile y finaliza en el río Tunuyán. El límite Oeste lo constituye la cadena de Piuquenes, divisoria de las aguas y límite político con Chile, y el del Este el Alto Río Tunuyán. Pocas son las observaciones geológicas que hasta este momento se habían hecho en la región. Las primeras se remontan a Darwin que en marzo de 1835 pasó por la región de vuelta de Chile. Las observaciones que hizo fueron publicadas en 1846 en "Geological Observations of South America". London. Transcurrió poco más de un siglo sin que la zona fuese objeto de algún otro estudio. Hasta que en 1941 Eduardo Trumpy realizó una excursión por el valle del Alto Tunuyán observando rápidamente y reconociendo, en líneas generales, las formaciones geológicas ahí aflorantes. En el informe que presentó a Y.P.F. presenta un mapa geológico acompañando al texto. Posteriormente la zona fue visitada por andinistas con el objeto de efectuar ascensiones, pero nunca otro geólogo. Como se desprende de esto la región presentaba un gran interés geológico. Las rocas mas vieja ahí aflorantes pertenecen al Paleozoico, el que se haya representado por unos esquistos oscuros mas o menos metamorfizados, pertenecientes a lo que Groeber llamó " Ambiente de la Cordillera Frontal". Dentro de los límites de la región están pobremente representados y se reducen a los afloramientos que aparecen formando las barracas del río Tunuyán. Están sumamente plegados y atravesados por innumerables diaclasas. El hallazgo de la impresión de un Equisetites en estos esquistos oscuros, me permite determinar que tienen una edad no inferior al Carbonífero. No he observado sedimentos del Triásico ni del Lias y Dogger, de tal manera que los sedimentos mas viejos del Mesozoico están representados por el Yeso Principal. Este aparece en forma de franjas que se extienden a lo largo de la región, de Sur a Norte. Ocupa por lo general los planos de fractura o fallas, indicando su participación activa en la estructuración de las montañas correspondientes al Geosinclinal Andino. Sobre el yeso se depositaron, concordantemente, las areniscas rojas del Kimmeridgiano. En la parte Este de sus afloramientos aparece esta formación en facies conglomerádica, lo que me lleva a considerarla como la parte inferior. No pude hallar en ellas ningún resto fósil, que me permita reconocer su posición estratigráfica y su origen. Sobre ellas se apoyan concordantemente las calizas del Titoniano, de manera que las ubico por esta razón en el Kimmeridgiano. Por esta misma circunstancia las comparo con las areniscas rojas de Chos Malal observadas por Groeber y que llamó Tordillense. Allí, dice Groeber, Leanza y Lambert hallaron fósiles marinos mal conservados. En la parte conglomerádica de esta formación observé una estratificación entrecruzada, lo que posiblemente indica un origen de delta. Después de la deposición de esta areniscas se produjo un descenso del continente con la correspondiente transgresión marina, formándose nuevamente la cunea del gran Geosinclinal Andino. Aquí se depositaron durante el Titoniano y Neocomiano el gran espesor de calizas que aparecen en la región concordantemente con las areniscas rojas del Kimmeridgiano. En estas calizas existe una gran cantidad de fósiles marinos, especialmente Pelecípodos y Ammonites, cuya determinación me permitió reconocer en esta formación una edad Titoniano-Neocomiana ("Mendociano"de Groeber).. Los movimientos del Senoniano deben haber plegado y elevado ambas cordilleras, Principal y Frontal, de tal manera que entre ambas se formó una semillanura, donde se depositaron, primero un conglomerado que E. Trumpy (1941) llamó "Conglomerado Basal". Este conglomerado se extiende, en afloramientos aislados, paralelamente al río Tunuyán. Sobre este conglomerado se depositaron las tobas abigarradas alternantes con calizas parduscas, que Trumpy dice que son de una deposición sincrónica con los estratos de Malargue (Rocanense). Yo no pude encontrar ningún resto fósil pesar de que Tumpy dice haber hallado, aunque no especificó que clase de fósiles eran. Sobre estas tobas y calizas se depositó un grueso manto de un aglomerado andesíticobasáltico, que forma el cordón de Contreras. Superiormente a este aglomerado, ya en el Terciario, se depositó un potente espesor de conglomerados, llamados por Trumpy de "Santa María" por su semejanza con los observados por Schiller en la región de Puente de Inca. Darwin los había llamado "Conglomerados de Tunuyan". Esta serie conglomerádica es muy monótona. Intervienen en su constitución guijarros de rocas aflorantes en la región, provenientes de ambas cordilleras, Principal y Frontal. No obstante esta monotonía pude difernciar tres partes: Al Oeste una de color rojizo, cuyo limite Oeste es la superposición discordante sobre ellos de las calizas del Mendociano. Su cemento es predominantemente calcáreo. En el fondo del arroyo Cajón Chico aparece una segunda parte, de cemento tobáceo claro y de rodados más seleccionados que los del anterior, ya que ninguno pasa del tamaño de un puño. La tercera parte esta representada por un conglmerado gris parduzco, que comienza en la margen izquierda del arroyo Cajón Chico y finaliza en el cordón de Miranda, límite Este de esta formación terciaria. En el sur del río Palomares esta serie es menos monótona. Existen allí facies arcillosas y arenosa, en la cual Vicente Armando halló restos de troncos silicificado, posiblemente de Araucarites. Para Trumpy (1941) la génesis de estos conglomerados, de 3000 m. de espesor según su cálculo, está ligada a las últimas fases de los movimientos terciarios y aun cuaternarios, por lo que serian Pliocenos y Pleistocenos. Para Groeber (1947) son Pliocenos. Las últimas fases de los movimientos terciarios produjeron la complicada estructura tectónica que se observa en la región. Como consecuencia de estos movimientos, las calizas del Mendociano aparecen en dos afloramientos distantes, separados por las areniscas rojas del Kimmeridgiano y el Yeso Principal. El primer afloramiento lo constituye la cadena de Piuquenes (límite con Chile), y el segundo el cordón de Jorge. Las calizas de este último cordón se superponen discordantemente a los conglomerados terciarios y el contacto se sigue no solo por la región al Norte del río Palomares, que fue objeto de mi estudio, sino al sur de este río y aún hasta el Río Salinillas (sur del cordón de Marmolejo),según pudo determinar Trumpy. Schiller observó esta superposición de las calizas del Titoniano-Neocomiano sobre los conglomerado terciarios, en Puente de Inca (Uberschiebungen, según su denominación), pero con una intensidad mayor. A esta estructura se añaden otras como las dos escamas del cordón de Jorge. El yeso jugó un papel importante en la estructuración pues se halla ubicado casi siempre en los planos de fractura. En el Terciario y especialmente en el Cuaternario, el vulcanismo fue muy intenso. Las rocas volcánicas predominantes son las andesitas y basaltos. La mayor actividad volcánica en la región, esta representada por los potentes mantos andesíticos y basálticos del cerro Mesón del San Juan, que cubrieron todos los sedimentos mesozoicos y los conglomerados terciarios en la parte Norte de la zona. Además, aparecen en las tobas y calizas del Cretácico superior unos pequeños conos volcánicos andesíticos de probable edad post-glacial (Holoceno). La glaciación en la región fue en el Cuaternario muy intensa. Hoy está reducida a las grandes alturas y solo quedan restos de morenas rellenando los valles y circos glaciales, como testimonio de esa glaciación anterior más intensa.

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