Monstruosidad y subalternidad en la obra de Vian y de Wells

Boris Vian tuvo una vida breve, pero intensa. Además de dedicarse a las letras, fue músico, ingeniero, locutor, escenógrafo, inventor y dibujante. Trabajó en la revista <i>Les Temps Modernes</i>, dirigida por Jean Paul Sartre, y tocaba su trompeta en las caves de jazz. Este carácter mult...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Giorgio, Adrián
Formato: Objeto de conferencia
Lenguaje:Español
Publicado: 2011
Materias:
Acceso en línea:http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/40005
http://xjornadaslc.fahce.unlp.edu.ar/actas/Adrian_Giorgio.pdf/view
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Descripción
Sumario:Boris Vian tuvo una vida breve, pero intensa. Además de dedicarse a las letras, fue músico, ingeniero, locutor, escenógrafo, inventor y dibujante. Trabajó en la revista <i>Les Temps Modernes</i>, dirigida por Jean Paul Sartre, y tocaba su trompeta en las caves de jazz. Este carácter multifacético se advierte del mismo modo en su producción literaria: si bien fueron sus novelas las que lo hicieron famoso, también escribió cuentos, poemas, obras de teatro, guiones, etc. Por consiguiente, reducir su obra a un movimiento estético, tendencia vanguardista o periodo histórico resulta una operación inútil y ridícula. En él, conviven el surrealista, autor de La espuma de los días, el existencialista melancólico o el sátrapa insolente, entre otros. En este trabajo, me abocaré a su faceta de escritor de ciencia ficción. Particularmente, trabajaré <i>Que se mueran los feos</i>, la última nouvelle que se publicó del periodo Sullivan, la cual se erige como una parodia de la célebre obra de Wells: <i>La isla del Dr. Moreau</i>. Mi hipótesis es que Vian recupera el binomio hombre-bestia, presente y discutido en la obra del estadounidense, y lo reformula. En consecuencia, las bestias serían todos aquellos individuos que no responden a la norma que establece un discurso de la doxa y sufren un proceso de subalternización.