La doctrina de los dos caminos y los dos espíritus en sus etapas precristianas

Dos temas hay que están presentes desde los tiempos más remotos en casi todas las culturas y que por su misma índole tienden a interconectarse: uno de ellos —que en cierto sentido podríamos decir objetivo y exterior al hombre— es la metáfora de los dos caminos que se ofrecen a la opción humana: el d...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Bergadá, María Mercedes
Formato: Artículo revista
Lenguaje:Español
Publicado: Facultad de Teología. Universidad Católica de Córdoba 2018
Acceso en línea:https://revistas.bibdigital.uccor.edu.ar/index.php/STRO/article/view/1711
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Descripción
Sumario:Dos temas hay que están presentes desde los tiempos más remotos en casi todas las culturas y que por su misma índole tienden a interconectarse: uno de ellos —que en cierto sentido podríamos decir objetivo y exterior al hombre— es la metáfora de los dos caminos que se ofrecen a la opción humana: el del bien, que lleva a la vida, y el del mal, que lleva a la muerte; el otro tema —subjetivo e interior al hombre, ya que se refiere a una decisión libre que él ha de tomar en su fuero interno— es el de los dos espíritus, contrapuestos entre sí, que pueden inspirarle e inclinarle para seguir uno u otro de esos dos caminos u opciones posibles que se presentan ante él. Y estos “dos espíritus” pueden designar otras tantas tendencias, pasiones, inclinaciones del mismo hombre —como las que Platón simboliza con el caballo blanco y el caballo negro en el mito del Fedro (253 cg)— o bien pueden significar entidades personales, distintas del hombre, que tratan de influir sobre él para llevarle hacia el bien o hacia el mal, hacia la lúa o hacia las tinieblas. Son los buenos y los malos espíritus, o los ángeles y los demonios en el vocabulario que se irá generalizando en loa primeros siglos cristianos.