Josefa
En 1992, cuando mi país apenas se desahogaba de la hiperinflación, me dirigía a atender en una salita ubicada en una barriada muy humilde. Llego, saludo a todos mientras recibo de la administrativa la planilla de pacientes donde registraban nombres y edades. La edad separada en dos columnas, una par...
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| Autor principal: | |
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| Formato: | Artículo revista |
| Lenguaje: | Español |
| Publicado: |
Revista Methodo
2024
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| Acceso en línea: | https://revistas.bibdigital.uccor.edu.ar/index.php/method/article/view/5946 |
| Aporte de: |
| Sumario: | En 1992, cuando mi país apenas se desahogaba de la hiperinflación, me dirigía a atender en una salita ubicada en una barriada muy humilde. Llego, saludo a todos mientras recibo de la administrativa la planilla de pacientes donde registraban nombres y edades. La edad separada en dos columnas, una para cada sexo. Doy un vistazo rápido y noto que alguien tenía anotada la edad en la columna de los hombres, veinticuatro años, pero de nombre Josefa Jara. Inmediatamente me sonó un campanazo y, a velocidad luz, arremetió el recuerdo de un compañero de residencia de “tocogineco” que había consentido recetar abundantes dosis de hormonas femeninas a un travesti, con la idea de que se le desarrollen los pechos, o lo que sea. Mi recuerdo fue fugaz pero rotundo. Atendí mis "pacientitas", algunas embarazadas y otras no. Llegó el turno del "mi caso incierto", llamé firme: “¡JosefJara!”, de un solo tirón. El inconsciente, muy puntual, ya se había metido. Y así fue que llamé con un nombre ni de hombre, ni de mujer. |
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