El habitar arquitectónico. La Belleza como vínculo a la Emoción

La arquitectura es un arte complejo, el cual muchas veces se encuentra reducido a una concepción espacial cuantificada en una cierta relación métrica, la cual impone un espacio, sin más. No entendemos nuestra labor como tal, sino por el contrario, buscamos la conformación de espacios para el habi...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Miraglia, Martín
Otros Autores: Vaca Bononato, Alejandro
Formato: Tesis
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad de Belgrano - Facultad de Arquitectura y Urbanismo - Arquitectura 2015
Materias:
Acceso en línea:http://repositorio.ub.edu.ar/handle/123456789/6134
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Descripción
Sumario:La arquitectura es un arte complejo, el cual muchas veces se encuentra reducido a una concepción espacial cuantificada en una cierta relación métrica, la cual impone un espacio, sin más. No entendemos nuestra labor como tal, sino por el contrario, buscamos la conformación de espacios para el habitar. Trataremos de buscar, no una explicación a la gestación de dicho problema, sino explayar el olvido de ciertas cuestiones relevantes, que consideramos causas del problema en cuestión. En primer lugar, la coyuntura mundial denota una pérdida estética. La belleza es algo que lentamente nuestra disciplina está dejando en el olvido. Creemos fehacientemente que la belleza no pasa por, expresado vulgarmente, concebir objetos arquitectónicos lindos, cautivantes a los ojos. Qué es la belleza, es algo que debemos responder. Pero como decíamos anteriormente, aceptamos que ésta no pasa solamente por su imagen exterior, sino por una serie de características que la arquitectura no debe relegar, sino considerar desde el inicio en que se gesta la obra arquitectónica. Es la belleza hoy en día, mal entendida, mal conceptualizada, o mejor dicho, reducida en su máxima expresión, una de las causas de que nuestro trabajo arquitectónico se transforme en lo que no es, una mera reducción a la concepción de espacios físico que no involucran el acto del habitar. Indagaremos así, en un desarrollo que parte desde el inicio de nuestro quehacer arquitectónico, desde dónde éste se germina. Automáticamente eso nos hace introducirnos en la cuestión del espacio, qué es este, sí existe en sí mismo, su relación directa con la arquitectura, el entorno. Es éste nuestra materia prima, de donde nuestra creación material se inserta y antes, comienza a elaborarse.