Sumario: | Para presentar algunos puntos de nuestro interés respecto de la cultura en su relación
con la naturaleza o, más bien, con el orden natural, nos permitimos echar mano de esta frase
tomada del relato del Génesis sobre el pecado original. Hecha abstracción del contexto en que
ella se encuentra, la tomaremos como telón de fondo para desarrollar los partes en que
dividimos nuestra exposición.
1. La cultura, cooperación en la creación
Quizá para ingresar en el tema de la cultura como cooperación en la creación, la frase
“Seréis como dioses” no es la más feliz. De hecho, sería más adecuado para este punto, si
tomamos como referencia el libro del Génesis, elegir “Hagamos al hombre a nuestra imagen
y semejanza1
”. Pero, no nos adelantemos, esperamos que con el correr de la exposición, se
vislumbre en qué sentido nos gustaría utilizar las citas del primer libro de la Escritura.
Para comenzar con nuestro tema, creemos que no hay nada mejor que hacerlo a partir
del estudio realizado por Mons. Octavio N. Derisi. Una primera caracterización que tomamos
es: “La cultura es la naturaleza transformada por el espíritu del hombre, entendiendo por
naturaleza el ser material y espiritual del propio hombre y de las cosas materiales exteriores
a él, pero en cuanto están a su servicio”. Si pensamos en las nociones actuales que se
ofrecen de este término, probablemente nos parezcan lejanas a esta definición o al menos
parciales; pero no debemos olvidar que el concepto de cultura es análogo, y puede entenderse
tanto como el hacerse, la acción misma (in fieri) como el efecto, el hecho, la obra natural
transformada por el espíritu (in facto esse). Aclararemos mejor lo dicho si, siguiendo a
nuestro autor, abordamos el tema desde la consideración causal.
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