Medea: Esposa y madre transgresora

Este trabajo pretende indagar sobre la concepción de la mujer en Medea de Eurípides, tragedia griega representada en el año 431 a. C. En ese sentido, es necesario abordar la posición de la mujer en el matrimonio y la cuestión de la maternidad en la antigüedad griega. Para ello debemos apelar al esta...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Juan Carlos Bisdorff; Facultad de Filosofía y Letras - Universidad Nacional de Tucumán.
Formato: Trabajo revisado (Peer-reviewed)
Lenguaje:Español
Publicado: Jornadas Interdisciplinarias de Jóvenes Investigadores de la Antigüedad Grecolatina 2019
Materias:
Acceso en línea:http://eventosacademicos.filo.uba.ar/index.php/JIJIAG/VJIJIAG/paper/view/4310
https://repositoriouba.sisbi.uba.ar/gsdl/cgi-bin/library.cgi?a=d&c=jijiag&d=4310_oai
Aporte de:
Descripción
Sumario:Este trabajo pretende indagar sobre la concepción de la mujer en Medea de Eurípides, tragedia griega representada en el año 431 a. C. En ese sentido, es necesario abordar la posición de la mujer en el matrimonio y la cuestión de la maternidad en la antigüedad griega. Para ello debemos apelar al estatus jurídico de la mujer que estaba subordinada legalmente a la autoridad inapelable del hombre. Primeramente, las mujeres estaban sometidas bajo la permanente custodia del padre o al pariente varón más cercano (kyrios), pero una vez consumado el matrimonio dependía exclusivamente del marido. Por otro lado, la mujer en su rol de madre era considerada como un receptáculo dentro del cual se depositaba el germen del macho, adoptando claramente una posición pasiva en la relación y, a su vez, es desplazada de su rol creador en el proceso reproductivo, atribuyéndoselo únicamente al padre. En lo que respecta a Medea, debemos señalar cómo se representa ese trasfondo matriarcal de la psicología femenina que emerge de manera violenta frente a un patriarcalismo que la ultraja al verse violado los juramentos de fidelidad. Por eso, el objetivo de este trabajo pretende indagar cómo lo femenino, encarnado en la figura de Medea, irrumpe contra esa normatividad  que le niega un posicionamiento operante respecto de su destino. Medea, es movida por el deseo de venganza, asumiendo un poder que no se constituye en las periferias de una sensibilidad receptiva. Por último, el análisis de esta tragedia será articulado con los aportes de Sarah B. Pomeroy (1999) y Eva Cantarella (1996) que brindan un estudio minucioso sobre la condición y representación de las mujeres en la antigüedad clásica. Teniendo en cuenta estas perspectivas, podemos poner en foco esa desigualdad jurídica que existía entre los sexos.