Guerra, espectáculo y tecnología en Los Pichiciegos de Rodolfo Fogwill y Las Islas de Carlos Gamerro.

El 2 de abril de 1982, fuerzas de la Armada Argentina desembarcaron tropas en Malvinas por orden de la Junta Militar que ocupaba el poder de forma ilegítima desde el 24 de marzo de 1976. Esta iniciativa derivó en una guerra con el Ejército Británico durante 74 días en donde murieron 649 argentinos y...

Descripción completa

Guardado en:
Detalles Bibliográficos
Autor principal: Heredia, Julieta Soledad
Otros Autores: Vázquez, María Celia
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad Nacional del Sur. Departamento de Humanidades. 2016
Materias:
Acceso en línea:http://repositoriodigital.uns.edu.ar/handle/123456789/3028
Aporte de:
Descripción
Sumario:El 2 de abril de 1982, fuerzas de la Armada Argentina desembarcaron tropas en Malvinas por orden de la Junta Militar que ocupaba el poder de forma ilegítima desde el 24 de marzo de 1976. Esta iniciativa derivó en una guerra con el Ejército Británico durante 74 días en donde murieron 649 argentinos y 255 británicos. El 14 de junio Mario Benjamín Menéndez declaró la rendición y se retiraron las tropas argentinas de las islas que permanecen en manos inglesas hasta la actualidad. Esta enunciación breve y simplificada del conflicto armado sobre las Malvinas tuvo en los discursos de la época una multiplicación enloquecida. El regreso de los sobrevivientes puso en palabras una dolorosa verdad que es la propia de toda guerra pero, en este caso, agravada por los abusos cometidos por los oficiales del propio Ejército Argentino. La Guerra de Malvinas había sido para los espectadores del continente una gran farsa y de este hecho la literatura tomó su materia prima. Bajo este contexto y en esta trama de discursos y ficciones, Fogwill escribe Los pichiciegos en 1982. A contrapelo de los relatos oficiales, la novela propone una versión anti-épica y picaresca (Gramuglio, 2002) que desmonta los valores y parámetros que hasta entonces intervenían en la comprensión de la guerra. Carlos Gamerro publica en 1998 Las Islas, una novela que, a diferencia de Los pichiciegos, se aleja de la inmediatez de la guerra para pensar cómo ella sobrevive y continúa operando diez años después. Desde una perspectiva más abarcativa, Gamerro también pone en tensión los discursos sobre Malvinas e incorpora aquellos que cimentaron una supuesta identidad argentina para hacerlos estallar en un relato delirante y absurdo del presente de los noventa.