Violencia, memoria y género: Gabriela Cabezón Cámara, Marta Dillon, Selva Almada, Luciana de Mello, Belén López Peiró
Avanzada la primera década del 2000 en efecto, va visualizándose la conformación de una zona narrativa que ligada a la inmediatez del presente de su enunciación (el conjunto de fuerzas sociales y discursivas en torno a cuestiones de género y diversidad) va tejiendo nudos entre los imaginarios de vio...
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| Autor principal: | |
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| Formato: | Artículo publishedVersion |
| Lenguaje: | Español |
| Publicado: |
2020
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| Materias: | |
| Acceso en línea: | https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.12540/pr.12540.pdf |
| Aporte de: |
| Sumario: | Avanzada la primera década del 2000 en efecto, va visualizándose la conformación de una zona narrativa que ligada a la inmediatez del presente de su enunciación (el conjunto de fuerzas sociales y discursivas en torno a cuestiones de género y diversidad) va tejiendo nudos entre los imaginarios de violencia patriarcal desplegados en los textos y el universo de hechos y relatos setentistas, entre perspectiva de género y terrorismo de estado. Recorremos aquí en algunas variantes de narrativas testimoniales (ficcionales y de carácter autobiográfico) estos cruces y articulaciones que, ya presentes en Le viste la cara a Dios (2011) de Gabriela Cabezón Cámara, se replantean de otros modos en Aparecida (2015) de Marta Dillon y Chicas muertas (2014) de Selva Almada y pueden rastrearse también en las nuevas hablas del abuso representadas por Mandinga de amor (2016) de Luciana De Mello y Porqué volvías cada verano (2018) de Belén López Peiró. |
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