La influencia del neoconfucianismo en la conformación de la vida en general y de la vivienda coreana en particular

La tradición filosófica y religiosa del pueblo coreano es un hecho innegable, desde los sistemas de creencias autóctonos hasta las creencias adoptadas luego, todas conforman un urdimbre simbólico que dejan sus rastros o se muestran abiertamente en los distintos aspectos de la vida de este pueblo. S...

Descripción completa

Guardado en:
Detalles Bibliográficos
Autores principales: Sarmiento, Sofía, Chabán, Mariel
Formato: Objeto de conferencia
Lenguaje:Español
Publicado: 2021
Materias:
Acceso en línea:http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/137096
Aporte de:
Descripción
Sumario:La tradición filosófica y religiosa del pueblo coreano es un hecho innegable, desde los sistemas de creencias autóctonos hasta las creencias adoptadas luego, todas conforman un urdimbre simbólico que dejan sus rastros o se muestran abiertamente en los distintos aspectos de la vida de este pueblo. Sin dejar de reconocer la riqueza simbólica que cada creencia representa en Corea del sur, en este trabajo nos centraremos en los aspectos más importantes del confucianismo y los aportes que el neo-confucianismo hace a la vida social en general y especialmente a los que se visibilizan a través de la forma en que las viviendas son construidas y por esto, se analizarán los distintos espacios de la vivienda de un <i>yangban</i>, desde las perspectivas religiosa, social y cultural de la época. Una vez que el neo-confucianismo, con su énfasis en el deber moral, se estableció como la filosofía dominante, el culto a los antepasados se convirtió en la práctica central de la vida espiritual de la gente. La unidad básica de la sociedad no era el individuo, sino la familia. Varias generaciones de una familia extendida vivían juntas bajo el cargo de un patriarca. En consecuencia, la separación de hombres y mujeres, de superiores a inferiores, y la necesidad de un santuario ancestral se convirtieron en elementos fundamentales en la composición de la residencia tradicional coreana, de este manera, la provisión de edificios separados y jardines con distintos usos, mantuvo la distancia obligatoria entre los miembros masculinos y femeninos, así como los miembros mayores y menores de la familia, al tiempo que preservaba la autoridad del patriarca y permitía que se mostrara a los antepasados el respeto adecuado.