Diálogo con Ida Vitale: trayectorias, memorias y su trabajo de traducción de una obra de Simone de Beauvoir en los años setenta

La escritora montevideana Ida Vitale (2 de noviembre de 1923) se destaca por su prolífera actividad intelectual como poeta, ensayista, periodista, crítica literaria y, además, por su enorme legado como traductora. Y aunque la autora prefiere desalinearse de una corriente literario-artística, se tien...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Smaldone, Mariana
Formato: Articulo Contribucion a revista
Lenguaje:Español
Publicado: 2020
Materias:
Acceso en línea:http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/118255
https://revistas.udea.edu.co/index.php/mutatismutandis/article/view/343461
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Descripción
Sumario:La escritora montevideana Ida Vitale (2 de noviembre de 1923) se destaca por su prolífera actividad intelectual como poeta, ensayista, periodista, crítica literaria y, además, por su enorme legado como traductora. Y aunque la autora prefiere desalinearse de una corriente literario-artística, se tiende a situarla en la “Generación del 45” o “Generación Crítica”, junto a otras escritoras y otros escritores, tales como Idea Vilariño (1920-2009), Mario Benedetti (1920-2009), Carlos Maggi (1922-2015) y Ángel Rama (1926-1983).1 Durante su juventud estudió humanidades en Montevideo, su ciudad natal, y se perfeccionó en la lengua y la cultura francesas en La Sorbona, Francia. Ejerció la docencia como profesora de Literatura en distintos institutos de enseñanza secundaria en Montevideo hasta los años setenta y, luego en México, durante su exilio por la última dictadura militar en Uruguay (1973-1985). Resulta notable el valor que Ida le da a la memoria, personal y colectiva, y al legado de ideas y pensamientos en nuestras culturas. Precisamente, en su libro <i>El abc de Byobu</i> (2018a), el personaje tiene una serie de recuerdos sobre una hoja impresa que decía: “Estos son pensamientos propios”, y, seguidamente, se abre la siguiente reflexión: “todos tendemos a llamarle ‘propios’ a los nuestros, aunque nadie puede estar seguro de que los pensamientos que descubre en su cabeza lo sean: cualquiera puede venir flotando en la universal correntada, de una criatura en otra, de un tiempo en otro. A él le constan las frecuentes desazones que padece por encontrar las palabras que él tenía por cultivadas y recogidas en huerto propio, ya escritas, aproximadamente o mejor, en lo ajeno” (2018a, p. 75). Aprecio enormemente la atención y tan cálido recibimiento que me brindó Ida Vitale —a sus ya casi noventa y seis años— en su casa de Montevideo, el 8 de octubre de 2019.