Fausto, el Hombre.
Si toda obra literaria es un reflejo de la vida del hombre, la figura del Fausto es quizá quien mejor representa los secretos deseos humanos. El secreto, inconteni ble e insatisfecho deseo de llegar a más. Deseo de Luzbel de ser como Dios, mismo del de Adán. Y deseo de todo hombre de querer ser más...
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| Autor principal: | |
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| Formato: | Artículo publishedVersion Artículo revisado por pares |
| Lenguaje: | Español |
| Publicado: |
Universidad del Zulia
2013
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| Materias: | |
| Acceso en línea: | http://produccioncientificaluz.org/index.php/filosofia/article/view/17981 http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/cgi-bin/library.cgi?a=d&c=ve/ve-028&d=article17981oai |
| Aporte de: |
| Sumario: | Si toda obra literaria es un reflejo de la vida del hombre, la figura del Fausto es quizá quien mejor representa los secretos deseos humanos. El secreto, inconteni ble e insatisfecho deseo de llegar a más. Deseo de Luzbel de ser como Dios, mismo del de Adán. Y deseo de todo hombre de querer ser más que los demás. Fausto es la encarnación de ese deseo; sabio sobre todos los demás, pero insatisfecho y decep cionado con su saber. El presente ensayo compara los Faustos de Goethe y Marlowe. El primero, decepcionado por lo poco que vale el saber, que no le permitió sublimarse. El segundo, decepcionado por lo poco que vale él con su saber. |
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