Antología del pensamiento crítico argentino contemporáneo

¿De qué es "crítico" el pensamiento crítico? Es crítico de las apropiaciones desiguales e injustas de todas las formas de la plusvalía, desde las propiamente económicas hasta las expropiaciones simbólicas ancladas en formas de producción, regímenes económicos, modelos o sistemas políticos....

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Detalles Bibliográficos
Autores principales: García Canclini, Néstor - Autor/a, Kusch, Rodolfo - Autor/a, Sarlo, Beatriz - Autor/a, Schmucler, Héctor - Autor/a, Barrancos, Dora - Autor/a, Ferrer, Aldo - Autor/a, Schvarzer, Jorge - Autor/a, Lobato, Mirta Zaida - Autor/a, O`Donnell, Guillermo - Autor/a, Jelin, Elizabeth - Autor/a, Torre, Juan Carlos - Autor/a, Argumedo, Alcira - Autor/a, Romero, José Luis - Autor/a, Halperín Donghi, Tulio - Autor/a, Laclau, Ernesto - Autor/a, Portantiero, Juan Carlos - Autor/a, Nun, José - Autor/a, Caggiano, Sergio - Compilador/a o Editor/a, Jauretche, Arturo - Autor/a, Aricó, José - Autor/a, Grimson, Alejandro - Compilador/a o Editor/a, González, Horacio - Autor/a
Formato: Text draft Libro
Lenguaje:Spa
Publicado: CLACSO 2015
Materias:
Acceso en línea:http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/collect/clacso/index/assoc/D10893.dir/AntologiaArgentina.pdf
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Descripción
Sumario:¿De qué es "crítico" el pensamiento crítico? Es crítico de las apropiaciones desiguales e injustas de todas las formas de la plusvalía, desde las propiamente económicas hasta las expropiaciones simbólicas ancladas en formas de producción, regímenes económicos, modelos o sistemas políticos. Es crítico de los pensamientos naturalizados de los dispositivos hegemónicos, es decir, de las figuraciones culturales que legitiman asimetrías y ocultan las relaciones de poder sobre las que se sustentan, que convierten diferencias en desigualdades y construyen desigualdades como diferencias. Asimismo, de las construcciones teórico- metodológicas con pretensión de neutralidad técnica, y del tráfico de supuestos que descripciones presuntamente asépticas proponen como datos indiscutibles. Ahora bien, el pensamiento crítico también es crítico de los sentidos comunes de quienes buscamos enfrentar esas hegemonías. No se trata de equidistancia alguna: el pensamiento crítico toma partido, pero no cree –y vaya si tiene motivos para ello– que de la toma de partido se derive alguna verdad o alguna obviedad indiscutible, alguna religión intocable, alguna palabra que ya lo haya resuelto todo. Y es preciso, al mismo tiempo, recorrer este camino en otra dirección: la producción de conocimiento tampoco podría ser garantía absoluta para la toma de partido, a no ser que busquemos (una vez más) fundar una decisión en una “verdad” que habríamos sido capaces de revelar. Además, las vidas de todos nosotros, incluyendo intelectuales, miembros de movimientos sociales, de organizaciones populares, de izquierda, de sindicatos, feministas, militantes y activistas de otros campos incluyen dimensiones “religiosas”, en el sentido de lugares y personas sagradas, referencias indudables y rituales que no se cuestionan. En este sentido, el pensamiento crítico pretende detectar cuándo los lugares de sacralidad devienen obstáculos epistemológicos y políticos. Porque nunca renuncia a desplazar las fronteras de lo posible y de lo pensable.