Los contratiempos del dandi. El anacronismo como forma del dandismo contemporáneo en la narrativa de Alan Pauls

Podría suponerse, en la imaginación razonada de la lectura, que la literatura de Alan Pauls –la naturaleza estética de su máquina literaria– permite cristalizarse en una imagen que ella misma idea, en principio, en Wasabi (1994) y más tarde, como insistencia, en “Noche de Opwijk” (2013a). La histori...

Descripción completa

Guardado en:
Detalles Bibliográficos
Autor principal: Rodríguez Montiel, Emiliano
Otros Autores: Contreras, Sandra
Formato: doctoralThesis Tésis de Doctorado acceptedVersion
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad Nacional de Rosario. Facultad de Humanidades y Artes. 2022
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/2133/23868
http://hdl.handle.net/2133/23868
Aporte de:
Descripción
Sumario:Podría suponerse, en la imaginación razonada de la lectura, que la literatura de Alan Pauls –la naturaleza estética de su máquina literaria– permite cristalizarse en una imagen que ella misma idea, en principio, en Wasabi (1994) y más tarde, como insistencia, en “Noche de Opwijk” (2013a). La historia en ambos relatos es la misma: un escritor es invitado a pasar una estadía corta en el extranjero (dos meses en Saint-Nazaire en Wasabi, un mes en Bruselas en “Noche de Opwijk”) a cambio de que testimonie brevemente, por escrito, su experiencia en la ciudad. Este contrato o forma de pago se torna irrealizable una vez allí dado que la escritura, el impulso inventivo de su praxis, se pierde. Sea voluntaria (“Noche de Opwijk”) o involuntariamente (Wasabi), el no escribir para estos artistas supone el ostracismo y la entrada al ámbito de la insignificancia. Quedan sumidos en la extrañeza de la impersonalidad, condenados a vagabundear sin propósito en el desconcierto de lo anónimo. La temporalidad lineal, progresiva, sobre la que afirmaban sus existencias entra en cortocircuito al interrumpirse aquello que le otorgaba movimiento. El tiempo en tierra foránea para estos homeless se convierte en un agujero negro turbulento que transforma sus vidas en vidas demoradas. Todo en ellas se frena, se pospone, se coloca entre paréntesis. Pierden el trabajo las pertenencias, la identidad, es decir, todo aquello configurado en y por los preceptos de la cronología. Como si estuvieran bajo los efectos del jet lag, los héroes errantes de estas ficciones habitan un mundo detenido, en punto muerto, al que se le ha quitado la posibilidad de regirse bajo las convenciones del tiempo histórico. Y en efecto, de esto se trata, ante todo, en la literatura de Alan Pauls: de la construcción estética de una dimensión desincronizada, inmune al tiempo cronológico, de la postulación de un espacio-madriguera domiciliado en el piso subterráneo de la diacronía del mundo