Presentación
La expansión ibérica de los siglos XV y XVI alteró las ideas que se venían sosteniendo sobre el hombre y la geografía del mundo. Estas nuevas interpretaciones se fueron gestando de manera paulatina, a medida que los nuevos descubrimientos iban aportando dimensiones diferentes, datos y pueblos de...
Guardado en:
| Autor principal: | |
|---|---|
| Formato: | article artículo publishedVersion |
| Lenguaje: | Español |
| Publicado: |
Universidad Nacional de Rosario. Facultad de Humanidades y Artes. Escuela de Historia
2019
|
| Materias: | |
| Acceso en línea: | http://hdl.handle.net/2133/15787 http://hdl.handle.net/2133/15787 |
| Aporte de: |
| Sumario: | La expansión ibérica de los siglos XV y XVI alteró las ideas que se
venían sosteniendo sobre el hombre y la geografía del mundo. Estas
nuevas interpretaciones se fueron gestando de manera paulatina, a
medida que los nuevos descubrimientos iban aportando dimensiones
diferentes, datos y pueblos desconocidos, a partir de la observación
sistemática y la experiencia, provocando el desalojo de las
interpretaciones misteriosas y fantásticas.
En sólo cuarenta años -entre 1484, cuando Bartolomé Díaz
franquea el Cabo Buena Esperanza y la vuelta el mundo de Juan
Sebastián Elcano-, el conocimiento que se tenía sobre el planeta se
había ensanchado de manera extraordinaria. El cruce de la línea
ecuatorial permitió la observación de nuevas constelaciones y estrellas,
además de nuevas tierras a las que se creía imposible de ser habitadas
y, sin embargo, estaban densamente pobladas por hombres comunes y
no por monstruos y con una fauna y flora exuberantes y riquísimas. Estos
descubrimientos hicieron que los europeos comenzaran a cuestionarse
los planteos de los clásicos que negaban las posibilidades de vida en las
regiones tórridas. La tierra estaba totalmente poblada y debieron
buscar otras interpretaciones para explicar las diferencias que existían
entre los europeos y estos nuevos pueblos. |
|---|