Pedagogías de amor en un mundo dañado: lazos, enseñanza y ternura en la novela de Marie Gouiric Ese tiempo que tuvimos por corazón

En este artículo me interesa detenerme en el análisis de la novela Ese tiempo que tuvimos por corazón, de Marie Gouiric, publicada en 2023, porque narra los mundos afectivos (Ahmed, 2016) de una maestra y sus alumnos en un contexto de precariedad. Frente a los avances neoliberales, la desposesión y...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Rotger, Patricia
Formato: Artículo revista
Lenguaje:Español
Publicado: Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Letras 2025
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Acceso en línea:https://revistas.unc.edu.ar/index.php/heterotopias/article/view/51227
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Sumario:En este artículo me interesa detenerme en el análisis de la novela Ese tiempo que tuvimos por corazón, de Marie Gouiric, publicada en 2023, porque narra los mundos afectivos (Ahmed, 2016) de una maestra y sus alumnos en un contexto de precariedad. Frente a los avances neoliberales, la desposesión y los seres humanos tomados como desechos, Gouiric construye una mirada desde la sensibilidad y las emociones que contornean el vínculo afectivo en un contexto de enseñanza-aprendizaje.  En un presente de narrativas que recrean un realismo despiadado (Horne, 2011), la novela no se interroga sobre las formas de enseñar sino que despliega las modulaciones afectivas de las distintas maneras de aprender, desplazando de lugar los roles prefijados y cuestionando las jerarquías establecidas. Es a través de la ternura y la mirada hacia el otro como esta maestra se conecta con sus alumnos, y juntos construyen pequeños mundos y entramados afectivos que desde el amor resisten la crueldad de la pobreza, el abandono y el dolor.  La narrativa de Gouiric expone los mundos afectivos de los alumnos y su maestra y así pone en escena toda una política de los afectos que surge de la pregunta sobre cómo estar con otros, cómo compartir, cómo saber quién aprende y quién enseña. Son interrogantes que se plantean cuando verdaderamente los otros importan y la maestra se dispone a escuchar con entrega y dulzura a los seres frágiles que la rodean.  “La dulzura es política” dice Dufourmantelle (2023) y justamente en la novela se despliega toda una pedagogía amorosa que combate las distribuciones desiguales de las redes de contención social desde los lazos de cooperación y solidaridad. Sobre este umbral de lo precario (Butler, 2010), la maestra y sus alumnos hacen de la escuela un lugar de reafirmación y encuentro que se convierte en espacio de resistencia que privilegia el camino del arraigo vincular, las redes de comunidad y sus modos afectivos. Son los modos del cuidado los que habilitan la inclusión social y educativa y se presentan como la dirección posible para un mundo de conexión y comprensión, un mundo mejor.