Irrumpir/decir/superponer : la perpetúa construcción de una memoria conflictiva

Recorrer los paisajes urbanos constituye una experiencia que concentra sensaciones y saberes. Una red de significados se coloca en juego cada vez que uno camina una ciudad. Graffitis, esténciles, y murales enfrentan al peatón cotidianamente con discursos, mensajes, diálogos, conquistas y disputas qu...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Da Silva Catela, Gilda Veronica Ludmila
Formato: Artículo publishedVersion
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad Nacional de La PLata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Maestría en Historia y Memoria 2016
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/11336/62605
http://suquia.ffyh.unc.edu.ar/handle/11336/62605
Aporte de:
Descripción
Sumario:Recorrer los paisajes urbanos constituye una experiencia que concentra sensaciones y saberes. Una red de significados se coloca en juego cada vez que uno camina una ciudad. Graffitis, esténciles, y murales enfrentan al peatón cotidianamente con discursos, mensajes, diálogos, conquistas y disputas que se dan anónimamente en las paredes de las ciudades. Estas conforman un mapa y un reservorio arqueológico de esos acontecimientos estéticos que plasman lo que muchos individuos y grupos deciden decir y traducir por medio de imágenes, irrumpiendo anónimamente sobre una pared en medio de la noche o a plena luz del día. Desde una construcción colectiva planificada o espontánea durante una marcha, uno puede leer la ciudad y sus disputas políticas, culturales y religiosas desentrañando símbolos superpuestos en sus muros, que pueden guiarnos por diferentes historias: indicarnos que el 24 de marzo hubo un golpe de estado; que la iglesia fue cómplice; que Videla puede ser representado transformando su cara en una calavera; que la imagen de un Ford Falcon es una metonimia del terrorismo de Estado o que una gorra nos indica una desaparición en democracia como la de Julio López. Cada uno de estos stenciles puede compartir una pared junto a otros mensajes, como el símbolo que rechaza la presencia de Monsanto en Córdoba; un diseño que reivindica la opción lesbiana o mensajes feministas sobre el cuerpo y el derecho al aborto.