Alcohol como sanitizante de manos: el bueno, el malo y el feo

La pandemia originada por COVID-19 implica un gran desafío para la comunidad a nivel mundial. Con el fin de contener la diseminación del virus, es esencial implementar estrictas medidas de prevención que incluyan, entre otras, la higiene repetida de las manos. Las agencias de salud recomiendan el us...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Virgolini, Miriam
Formato: workingPaper
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias Químicas. Escuela de Posgrado. 2020
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/11086/16571
http://www.fcq.unc.edu.ar/posgrados/node/3449
http://www.fcq.unc.edu.ar/posgrados/node/3463
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Descripción
Sumario:La pandemia originada por COVID-19 implica un gran desafío para la comunidad a nivel mundial. Con el fin de contener la diseminación del virus, es esencial implementar estrictas medidas de prevención que incluyan, entre otras, la higiene repetida de las manos. Las agencias de salud recomiendan el uso de sanitizantes a base de alcohol como alternativa, cuando el lavado no puede realizarse con agua y jabón. Existe un amplio rango de sanitizantes, pero los productos a base de alcohol han ganado la supremacía. Fabricados con etanol, isopropanol, n-propil alcohol o una combinación de ellos -en una proporción recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 80 por ciento v/v de etanol ó 75 por ciento v/v de isopropanol-, estos sanitizantes son relativamente poco irritantes para la piel y pueden ser aplicados de manera rápida y efectiva. Sin embargo, existen una serie de precauciones a tener en cuenta para prevenir su toxicidad.