Irrigación
La irrigación del conducto, preferentemente con hipoclorito de sodio, consiste en hacer fluir esta solución, valiéndose de jeringas y agujas adecuadas, de modo que se produzca un efecto de disolución, lavado y arrastre de los detritus que en él se encuentran. Se aconseja realizarlo antes, durante...
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| Autores principales: | , |
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| Formato: | bookPart |
| Lenguaje: | Español |
| Publicado: |
2020
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| Materias: | |
| Acceso en línea: | http://hdl.handle.net/11086/15783 |
| Aporte de: |
| Sumario: | La irrigación del conducto, preferentemente con hipoclorito de sodio, consiste en hacer fluir esta solución, valiéndose de jeringas y agujas adecuadas, de modo que se produzca un efecto de disolución, lavado y arrastre de los detritus que en él se encuentran. Se aconseja realizarlo antes, durante y después de la instrumentación de los conductos radiculares. Los objetivos de la irrigación son: * Arrastre mecánico del contenido del conducto * Disolución tisular * Acción antibacteriana * Lubricación * Acondicionamiento de la superficie dentinaria. |
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